
Foto: Clean Clothes Campaign.
Tras los amplios cambios en el comercio global producidos por el gobierno estadounidense del presidente Trump, la RSM se une a la Campaña Ropa Limpia para pedir a las marcas de ropa que aseguren que los costos de los aranceles y la subsiguiente incertidumbre no recaigan sobre las trabajadoras(es) en su cadena de suministro.
Durante la pandemia global, las principales marcas de ropa obligaron a los proveedores a absorber los costos de las disrupciones económicas. Los proveedores procedieron a imponer el costo a las trabajadoras(es) de la confección. Se desataron violaciones a los derechos laborales, numerosas cancelaciones repentinas de pedidos llevaron a cierres de fábricas, y muchas trabajadoras(es) quedaron financieramente devastadas, mientras que las marcas siguieron reportando ganancias. Aunque las marcas deben de evitar esta práctica en el futuro, se informa que marcas como Gap, Target, Walmart y Levi’s ya están presionando a los proveedores para que reduzcan sus precios y/o absorban el costo total de los aranceles.
Las trabajadoras(es) de países que inicialmente fueron amenazados con aranceles más elevados como Camboya, Bangladesh, Sri Lanka, Indonesia, Lesoto y Vietnam, o incluso países con aranceles relativamente más bajos como Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras, no ganan lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Las marcas deben de asegurar que las trabajadoras(es) no asuman la carga de estos costos.
Para más información:
- Las trabajadoras textiles no pueden pagar el precio de la guerra arancelaria de Trump (Campaña Ropa Limpia)