Photo: Clean Clothes Campaign
Ha pasado un año desde que decenas de miles de trabajadoras(es) de la confección se lanzaron a las calles a fines de diciembre de 2018 y enero de 2019 para protestar por la falta, por parte del gobierno de Bangladesh, de establecer un salario mínimo digno que pudiera alcanzar para satisfacer sus necesidades básicas.
Además de la violenta represión del gobierno, que resultó en un trabajador muerto y más de 50 heridos, se impidió a miles de trabajadoras(es) volver a trabajar en las fábricas que producen para las grandes marcas internacionales.
Los empleadores tomaron represalias en contra de las trabajadoras(es) por su participación en las protestas pacíficas presentando acusaciones penales y haciendo una lista negra para impedirles conseguir trabajo en otras fábricas.
Aunque muchos de los casos han sido suspendidos, cientos de trabajadoras(es) todavía tienen que enfrentarse a cargos y siguen sin trabajo.