El domingo 8 de marzo, mujeres en todo el mundo tomaron las calles para celebrar el Día Internacional de la Mujer, y demandar el fin de la violencia y discriminación basada en género. Toda América Latina fue testigo de protestas masivas organizadas por movimientos de mujeres el 8 de marzo y seguido de un día de huelga el lunes 9 de marzo.

En la Ciudad de México, unas 80,000 mujeres marcharon al Zócalo el 8 de marzo, fluyendo por las calles durante horas, demandando justicia, igualdad y el fin a la violencia basada en género. Otras ciudades mexicanas también vivenciaron manifestaciones masivas. Al día siguiente, millones de mujeres en todo México participaron de la huelga denominada “Un día sin nosotras”.

La huelga se organizó para protestar la violencia basada en género, la alarmante crisis de femicidios en México, y la falta de respuesta a la crisis por parte del gobierno. El país está siendo testigo de un promedio de 10 asesinatos de mujeres por día, mientras que en 2019 se produjo el número más alto registrado de femicidios, con 3.142 mujeres asesinadas.

El número de mujeres mexicanas de todos los sectores que participó de la huelga excedió todas las expectativas. En el transporte público en la Ciudad de México cayeron en un 40% los viajes del metro y en un 20% en el sistema del metrobus. Casi el 50% de las sucursales de los dos principales bancos permanecieron cerradas durante la huelga y más de 21.000 escuelas también cerraron. Escuelas, universidades (incluida la más grande, UNAM), e instituciones públicas cerraron sus instalaciones en apoyo a la huelga. La ausencia de mujeres trabajando en locales de comida y tiendas de ropa también fue notable.

De acuerdo a organizaciones de derechos laborales locales con las que trabaja la RSM en Aguascalientes, Puebla, Guadalajara y Morelos, muchas mujeres trabajadoras de las maquilas participaron de la huelga, a pesar de la negación por parte de los empleadores a dar el día de licencia. Existieron empresas que permitieron a las trabajadoras participar, algunas con la condición de que el tiempo sin trabajar seria descontado de las vacaciones anuales, o recuperado más adelante. Un número más pequeño de empresas prometieron no descontar los salarios de las trabajadoras que participaron de la huelga.

Más allá de la masividad de la protesta de “Un día sin nosotras”, el presidente de México, López Obrador, sigue negando la necesidad de que su gobierno adopte nuevas estrategias y acciones para combatir el alarmante incremento de la violencia contra las mujeres en ese país.

Durante el 8 y 9 de marzo, otras 21 mujeres fueron asesinadas en México.

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