Durante la pandemia de COVID-19, trabajadoras(es) de la confección alrededor del mundo no sólo están luchando para sobrevivir ante el riesgo de infectarse, de perder el empleo y de ver sus salarios recortados, sino que también están resistiendo los intentos de los empleadores de usar la pandemia como una oportunidad para sacarse de encima a sindicatos y a miembros de sindicatos. Este fenómeno ha recibido mayor atención y está mejor documentado en Asia que en otras regiones.
La industria global de la confección es notoria por las persistentes violaciones de los derechos de sindicalización y negociación colectiva por mejores salarios y condiciones laborales de las trabajadoras(es). Empleadores del sector han adoptado diversas tácticas para prevenir la sindicalización o romper sindicatos existentes, incluyendo el acoso, la discriminación contra y el despido de dirigentes sindicales y sus simpatizantes; la creación de sindicatos controlados por la empresa para competir en el lugar de trabajo; y hasta el cierre de fábricas cuando un esfuerzo de organización de las trabajadoras(es) es exitoso.
En la mayoría de los países productores de la industria global de ropa y calzado, los gobiernos tienen serios problemas para hacer cumplir leyes y regulaciones o actúan en connivencia con los empleadores para mantener al sector libre de sindicatos. Aunque muchas marcas de ropa internacional reconocen el derecho a la libertad sindical en sus códigos de conductas para la cadena de suministro, tienden a responder caso por caso, sólo después de que se presenten denuncias de violaciones específicas por parte de organizaciones de derechos laborales.
La pandemia ha presentado a los empleadores la oportunidad para retomar y acelerar sus políticas anti-sindicales. Un informe publicado recientemente (en inglés) por el Business and Human Rights Resource Centre muestra un patrón en las fábricas de suministro de la industria de la confección en Camboya, Myanmar, Bangladesh e India, de utilizar la pandemia para despedir miembros de sindicatos y líderes sindicales. El informe afirma que “los despidos han estado dirigidos a trabajadoras(es) sindicalizadas y activistas sindicales, sugiriendo que las fábricas de confección están usando la pandemia como cobertura para atacar la libertad sindical de las trabajadoras(es).”
Sin embargo, trabajadoras(es) alrededor del mundo están resistiendo. A partir de campañas de movilización locales coordinadas con presión de organizaciones de derechos laborales internacionales sobre las marcas y las manufactureras, las trabajadoras(es) están ganando reincorporaciones de miembros despedidos y respeto por los derechos sindicales. En la pandemia, el rol de los sindicatos es más importante que nunca, para controlar las prácticas de seguridad e higiene en las fábricas, defender los ingresos de las trabajadoras(es) durante las suspensiones, y prevenir la discriminación cuando las empresas llaman a trabajadoras(es) para retornar al trabajo.
En nuestro sitio web, la RSM publicará historias de trabajadoras(es), sindicatos locales y organizaciones laborales internacionales aliadas que están desafiando los intentos de los empleadores de romper organizaciones independientes, usando la pandemia del Covid-19 como el pretexto más reciente.