Foto: Campaña Ropa Limpia
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El 24 de abril de 2013, el colapso del edificio Rana Plaza en Dhaka, Bangladesh, resultó en la muerte de 1.134 trabajadoras(es) y dejó aproximadamente 2.500 personas lesionadas. El edificio alojaba cinco fábricas de ropa. El colapso ha sido calificado como el peor desastre industrial en la historia de la industria de la confección de Bangladesh. Sin embargo, no fue un accidente; las trabajadoras(es) sabían que el edificio era inseguro, pero se les obligaba a trabajar en estas instalaciones para cumplir con las fechas de entrega de las marcas internacionales.
Rana Plaza no fue la primera tragedia en Bangladesh relacionada con una fábrica de ropa. En los últimos quince años, cientos más de trabajadoras(es) han muerto en incendios y colapsos de edificios prevenibles, y solo en los últimos seis años se han hecho esfuerzos para compensar a las trabajadoras(es). Cinco meses antes de Rana Plaza, 112 trabajadoras(es) murieron en el incendio de la fábrica Tazreen.
El Acuerdo sobre Incendios y Seguridad de Edificios en Bangladesh (el Acuerdo) fue una respuesta sin precedentes ante la tragedia de Rana Plaza y los riesgos continuos para las trabajadoras(es) en las fábricas de confección de Bangladesh. Estuvo vigente hasta 2018, cuando fue reemplazado por el “Acuerdo de Transición.”
Establecido un mes después del colapso de Rana Plaza, el Acuerdo representó un reconocimiento de que el sistema de auditoría controlado por las empresas estaba fallando en detectar y eliminar los peligros de incendios y seguridad de edificios en la industria de la confección del país.
El Acuerdo era un instrumento legalmente vinculante entre sindicatos globales y de Bangladesh y más de 200 marcas y tiendas de confección. Requería que las empresas firmantes y sus proveedoras de Bangladesh cooperaran con inspecciones de seguridad independientes, cuyos resultados eran publicados en el sitio web del Acuerdo. Se requería también a las empresas firmantes financiar los costos de las mejoras necesarias a las fábricas. Bajo el Acuerdo, trabajadoras(es) y personal de gerencia recibieron capacitación en salud y seguridad y sus representantes participaron en comités de salud y seguridad. Las trabajadoras(es) también tenían el derecho a presentar quejas sobre condiciones inseguras y negarse al trabajo inseguro.
Después de que el Acuerdo de cinco años expirara el 31 de mayo de 2018, fue sustituido por el "Acuerdo de Transición", que continuó el programa de inspección de fábricas y capacitación de trabajadoras(es) durante tres años más.
Mediante una inmensa presión internacional, al 5 de julio de 2018, más de 183 marcas y tiendas habían firmado el Acuerdo de 2018, incluidas dos empresas canadienses, Loblaw y Brüzer Sportsgear, que poseían licencias para producir ropa para varias universidades estadounidenses y canadienses, entre ellas York University, la University of Toronto y Memorial University. Ambas empresas eran también signatarias del Acuerdo de 2013.
En mayo de 2019 se llegó a un convenio para la transición de las funciones del Acuerdo basadas en Bangladesh a un nuevo organismo de seguridad, el Consejo de Sostenibilidad de Prendas de Vestir (RSC por sus siglas en inglés). Desde entonces, los testigos signatarios, incluida la RSM, han planteado serias preocupaciones acerca de la predisposición del RSC a asumir esas responsabilidades. Estas preocupaciones incluyen la continuación exitosa del mecanismo de quejas de las trabajadoras(es), el compromiso del Acuerdo con la transparencia y mecanismos de aplicación estrictos, la rápida reparación de los peligros y el inicio de un programa de seguridad de las calderas.
En octubre de 2020, en medio de la pandemia mundial, los testigos signatarios emitieron una declaración pública (en inglés) advirtiendo sobre posibles problemas con la transición de las responsabilidades del Acuerdo al nuevo organismo local de inspección de seguridad. La declaración planteó una serie de preocupaciones sobre la predisposición y la capacidad del RSC de Bangladesh para asumir las responsabilidades del Acuerdo innovador y monitorear y mejorar de manera efectiva la seguridad de las fábricas de ropa de Bangladesh.
La RSM era testigo signatario tanto del Acuerdo original como del Acuerdo de Transición de 2018. También, era miembro del Grupo de Trabajo de Participación de las Trabajadoras(es) del Acuerdo. Además, la RSM jugó un papel importante en convencer a la empresa canadiense Loblaw para que firmara el Acuerdo después de que se encontrara ropa con la etiqueta de su marca Joe Fresh en los escombros del edificio Rana Plaza.
Junto con los otros tres testigos signatarios – la Campaña Ropa Limpia, el Foro Internacional de Derechos Laborales y el Consorcio de los Derechos del Trabajador (WRC) – hemos vigilado y evaluado la transición de las funciones en Bangladesh del Acuerdo al RSC, el cumplimiento de las disposiciones del Acuerdo por parte de las empresas signatarias y la eficacia del RSC en el desempeño de las funciones del Acuerdo.
- Actualización - Acuerdo Internacional para la Salud y la Seguridad (2023)
- Por qué el Acuerdo de Bangladesh debe continuar y el vídeo "¿Cómo transformar la industria textil?" (2021)
- Artículos sobre Bangladesh en el archivo de la RSM (2005-2014)
La lucha por la compensación
A pesar de la larga historia de desastres en las fábricas de Bangladesh, los esfuerzos para compensar a las trabajadoras(es) sobrevivientes y a los familiares de las víctimas son relativamente recientes. Después de años de organizar campañas internacionales, se logró la compensación para las personas afectadas en dos casos específicos.
Fondo Fiduciario del Rana Plaza
Se tomó dos años de campaña para convencer a las marcas internacionales de confección que hicieran contribuciones al Fondo Fiduciario del Rana Plaza, que recaudó un total de US$30 millones. El fondo, administrado por la OIT, logró reunir fondos que alcanzaron para cubrir los ingresos perdidos y los gastos médicos, aunque no alcanzaron para indemnizar a las familias de las trabajadoras(es) y a las personas sobrevivientes por el dolor y el sufrimiento que han experimentado.
La RSM cabildeó a Loblaw para que contribuyera y aumentara su contribución al Fondo Fiduciario, y también participó en la campaña internacional para presionar a The Children’s Place, Wal-Mart y otras empresas que se abastecían en las fábricas de Rana Plaza.
Compensación por el incendio de la fábrica Tazreen
En el mes de noviembre de 2012, antes del desastre de Rana Plaza y del Acuerdo sobre Incendios y Seguridad de Edificios en Bangladesh, murieron 112 trabajadoras(es) y más de 200 resultaron lesionadas en lo que se ha considerado el incendio más mortífero en la historia de Bangladesh. Se trató de otro desastre prevenible en un país donde han ocurrido una gran cantidad de incendios en las fábricas de ropa. Auditorías realizadas en años previos ya habían descubierto problemas preocupantes con respecto a la seguridad contra incendios, incluyendo instalaciones eléctricas defectuosas, la falta de alarmas contra incendios, y obstáculos en las rutas de evacuación en caso de incendios. En ese momento, la fábrica estaba suministrando productos a varias marcas internacionales de renombre como Disney, Sears/Kmart, Dickies, Li & Fung, C&A y Walmart, aunque estas marcas inicialmente habían negado que Tazreen las abastecía.
Más de dos años después de la tragedia en Tazreen, finalmente se llegó a un acuerdo sobre la compensación. La compañía internacional de ropa C&A estableció un fondo con contribuciones de las marcas que se abastecían en la fábrica. El fondo logró cubrir los pagos por pérdida de ingresos y los tratamientos médicos a largo plazo. Los pagos concluyeron en junio de 2016, y un fideicomiso médico sigue supervisando el tratamiento médico a largo plazo de las trabajadoras(es) lesionadas.
Lamentablemente, debido a los salarios mínimos deplorables que se pagan en la industria de la confección, los cálculos de las indemnizaciones que se le deben a las trabajadoras(es) por las lesiones sufridas en el centro de trabajo y la pérdida de ingresos de por vida, no alcanzan a cubrir las necesidades de las personas sobrevivientes.
Hasta el 24 de noviembre de 2020, en el punto culminante de la pandemia de COVID-19 y ocho años después del incendio en la fábrica, las personas sobrevivientes de Tazreen y sus familiares habían completado más de dos meses de manifestaciones continuas en las banquetas frente al Club de Prensa de Bangladesh, exigiendo una indemnización adecuada y digna.