La RSM, junto con otras organizaciones en la red mundial de la Campaña Ropa Limpia piden la acción de las marcas, tiendas, gobiernos y otras partes interesadas para mitigar los impactos de la pandemia de COVID-19 en los más explotados en las cadenas globales de aprovisionamiento y construir hacia un futuro en el que las trabajadoras(es) tengan acceso a salarios dignos y una red de protección social.
En las últimas semanas se han visto las implicancias del poder casi absoluto de marcas y tiendas en las cadenas de aprovisionamiento de prendas de vestir. Tan pronto como la pandemia golpeó a las principales empresas de indumentaria del mundo, éstas respondieron con su reflejo habitual, empujando el riesgo y los costos hacia debajo de la cadena de aprovisionamiento. Esto ha dejado a muchas fábricas sin los medios económicos para pagar el salario a sus trabajadoras(es), incluso por trabajo ya realizado. Millones de trabajadoras(es) ahora no tienen ingresos ni seguridad laboral, en un momento de ansiedad extrema por los riesgos para la salud.
"Las marcas deben cumplir con los contratos que tienen con las fábricas", dijo Juan Eguigure, del sindicato SITRADAHSA en Honduras: "Sin estos pagos, nuestros empleadores no pueden pagarnos el dinero que nos deben. Este es nuestro medio de vida y sin él no podremos cuidar de nuestras familias”.
“La pandemia de Covid-19 ha revelado que la responsabilidad social empresarial existe solo para que las empresas puedan limpiar su conducta inapropiada. Hoy más que nunca, los trabajadores necesitan de la solidaridad económica de sus empleadores,” decía Evangelina Argueta del sindicato CGT en Honduras, añadiendo que: “Por muchos años, los trabajadores han generado riqueza para las marcas.”
Ahora es el momento de que las marcas, tiendas y tiendas por internet dejen de aprovecharse de proveedoras y trabajadoras(es) y comiencen a pagar por los años de ganancias obtenidas basadas en los salarios de pobreza de las trabajadoras(es), poca o ninguna seguridad social y la acumulación de riesgo en la parte más baja de la cadena de aprovisionamiento. Para actuar de manera responsable en el momento de la pandemia de COVID-19, las marcas, tiendas y las tiendas por internet deben:
- Honrar sus obligaciones con las proveedoras y trabajadoras(es) mediante el pago de los pedidos que se hayan completado o que están en producción;
- Asegurar y posibilitar el pago de salarios o indemnizaciones a todas las trabajadoras(es) de indumentaria, textiles, calzado y logística que estaban empleadas al inicio de la crisis;
- Asegurarse de que las trabajadoras(es) que trabajan durante la pandemia lo hagan bajo los estándares de protección de la Organización Mundial de la Salud y que reciban protección laboral adicional que incluya centros de cuidado infantil o subsidios, seguro médico, licencias por enfermedad pagadas y pago por trabajo de riesgo; y
- Asegurar que las trabajadoras(es) puedan rechazar el trabajo inseguro y aquellas que estén enfermas, o cuyos familiares estén enfermos, puedan quedarse en su casa sin ser penalizados.
“El mínimo absoluto que las marcas y tiendas deben hacer durante esta crisis es pagar por el trabajo ya encargado. Cuando se criticó la práctica de la mayoría de las marcas de cancelar pedidos, varias grandes empresas de indumentaria dieron marcha atrás en su decisión, para alivio de los propietarios de fábricas”, dijo Liana Foxvog, del Foro Internacional de Derechos Laborales. "Sin embargo, varias grandes empresas de este sector, incluidas C&A, Gap, Nike y Uniqlo, continúan defendiendo su decisión de no pagar por el trabajo ya en proceso o completado, o han recurrido a alternativas insuficientes, como la propuesta de Primark de un fondo para pagar la porción del salario de las trabajadoras(es) correspondiente a sus pedidos cancelados ".
Para aliviar la difícil situación de las trabajadoras(es) cuyos medios de vida están amenazados por esta crisis, es necesario crear fondos de ayuda de emergencia y paquetes de apoyo económico específicamente para el sector de la confección, con contribuciones de instituciones financieras internacionales, gobiernos donantes, así como marcas y tiendas. Dichos fondos deben establecerse lo antes posible para permitir que los pagos de ingresos necesarios se entreguen lo más rápido posible a través de los mecanismos más eficientes disponibles en cada país. Siempre que sea posible, esto debe hacerse apoyando la capacidad de los empleadores para mantener el empleo y los salarios de las trabajadoras(es).
Si bien esta crisis es causada por interrupciones en la demanda, las decisiones de compra y las líneas de aprovisionamiento de la industria de la confección, se ve exacerbada por la falta de protección social en la mayoría de los países productores de prendas de vestir. Los gobiernos de los países productores de confecciones deben comprometerse de inmediato a establecer y mejorar los sistemas nacionales de seguridad social para que sean coherentes con las normas de la OIT, incluido el desempleo, las lesiones laborales y el seguro médico. Esto debe hacerse en cooperación con los fabricantes y con contribuciones de las marcas a través de mecanismos de costos compartidos transparentes y trazables.
Ineke Zeldenrust, de la Oficina Internacional de la Campaña Ropa Limpia, dijo: “Esta crisis es el peor llamado de atención imaginable para demostrar que la ausencia total de seguridad social como concepto en las cadenas de aprovisionamiento actuales no es sustentable. Si las cadenas de aprovisionamiento comienzan a funcionar nuevamente, deben comenzar a operar con un modelo de precios radicalmente distinto que permita el pago de salarios dignos, beneficios sociales y seguridad de las trabajadoras(es).”
Los gobiernos de los países donde se ubican las sedes de las empresas líderes deben implementar una reforma regulatoria efectiva de la ley comercial que regule las prácticas comerciales injustas, que resultan en abusos de derechos humanos en sus cadenas globales de aprovisionamiento. Deben obligar legalmente a las empresas a respetar los derechos humanos en sus operaciones y cadenas de suministro, haciendo responsables a las empresas ante la justicia si no cumplen con la debida diligencia en derechos humanos. Este es el momento de asegurar que las relaciones desiguales y abusivas de la cadena de aprovisionamiento del pasado permanezcan en el pasado.
"Hacemos un llamado a todas las marcas y tiendas de indumentaria y calzado para que informen públicamente sobre las acciones que están tomando actualmente y que están preparando para tomar en el futuro cercano para proteger la seguridad, los ingresos y los derechos de las trabajadoras(es) que fabrican sus productos", dijo Lynda Yanz de la Red de Solidaridad de la Maquila. "Estaremos observando de cerca para ver si están cumpliendo con esos compromisos".
El listado completo de las demandas se encuentra aquí