Foto: CCC
El 29 de noviembre, el Tribunal Superior de Bangladesh realizó una audiencia luego de la apelación presentada por el Acuerdo de Bangladesh contra la orden restrictiva de sus operaciones en Bangladesh. La orden de restricción debía entrar en vigor hoy. La Corte Suprema estableció una nueva audiencia para el 6 de diciembre, y la orden de restricción fue levantada hasta esa fecha. La audiencia se llevó a cabo en medio de una creciente presión internacional y llamados de la comunidad internacional por la remoción permanente de la orden. Dadas las graves consecuencias que la expulsión del Acuerdo de Bangladesh puede tener sobre las trabajadoras(es) y en general sobre la industria de la confección, es imperativo que esta amenaza cese definitivamente la próxima semana.
Como reconocen ampliamente observadoras(es) en todo el mundo, el aparato regulatorio nacional de Bangladesh – la Célula de Remediación y Coordinación (RCC) – no está preparada para asumir las responsabilidades del programa de inspección del Acuerdo, a pesar de que el gobierno sostenga lo contrario. Toda evidencia apunta a una falta de capacidad, incluyendo un informe reciente del Compacto de Sustentabilidad de Bangladesh – un acuerdo de cooperación entre Bangladesh, la Unión Europea, los Estados Unidos, Canadá y la Organización Internacional del Trabajo – que muestra que el organismo nacional de inspección no actúa en forma transparente y tiene solo un tercio de la cantidad de inspectores para monitorear el doble de fábricas que ahora están cubiertas por el Acuerdo. El Departamento de Inspección de Fábricas y Establecimientos de Bangladesh, que realiza inspecciones para la RCC, reporta un extremadamente bajo porcentaje de la tasa de terminación de 29% para renovaciones obligatorias de fábricas que regula el gobierno. El progreso promedio de las fábricas cubiertas por el Acuerdo llega al 90%. Hasta que el gobierno de Bangladesh demuestre la capacidad y voluntad política de regular a la industria, el Acuerdo es esencial para proteger la seguridad de las trabajadoras(es).
Debido a que el Acuerdo es un acuerdo de cumplimiento obligatorio entre sindicatos y marcas de indumentaria, seguirá en efecto hasta 2021. Todas las marcas del acuerdo continuarán estando obligadas por sus compromisos bajo el cuerdo, incluyendo la obligación de dejar de tener negocios con cualquier fábrica que se niegue a operar con seguridad. Sin embargo, sin una oficina local, el Acuerdo deberá usar compañías internacionales de ingeniería para realizar inspecciones y su capacidad de monitorear y verificar el progreso de remediación en las fábricas cubiertas por el Acuerdo será severamente limitadas, con graves consecuencias para la seguridad de las trabajadoras(es) y el progreso logrado en los últimos cinco años. Según informes periodísticos, el Inspector Jefe de Seguridad del Acuerdo se verá forzado a declarar a cientos de fábricas de pobre desempeño como inelegibles para vender productos a cualquiera de las 192 marcas que firman el Acuerdo, porque el Acuerdo ya no podrá proveerles la ayuda necesaria para avanzar en completar a tiempo renovaciones imprescindibles de seguridad.
Las marcas de indumentaria, que están obligadas a diligencia debida para asegurar que sus cadenas de aprovisionamiento sean seguras, deberán realizar sus órdenes de compra con proveedoras de Bangladesh condicionadas a la capacidad del Acuerdo de inspeccionar el cumplimiento de estándares de seguridad en esas fábricas. Ninguna marca querrá arriesgar otro desastre masivo, dado que las marcas saben que sus reputaciones sufrirían y eso sería el golpe final a la confianza de los consumidores en la ropa hecha en Bangladesh.
Los socios comerciales clave de Bangladesh deben transmitir al gobierno de Bangladesh que debe haber una transición ordenada de responsabilidades regulatorias – cuando, y solo cuando el gobierno esté capacitado para asumirlas – y no una expulsión prematura del Acuerdo. El Acuerdo y sus partes firmantes se han comprometido a trabajar con el gobierno de Bangladesh para traspasar el trabajo de inspección y remediación a un organismo nacional regulatorio que demuestre tener la capacidad necesaria, y cuando ese organismo exista. También hace falta tener desarrollado aspectos del Acuerdo que no están cubiertos por un organismo nacional de inspección, tales como sus mecanismos de reclamos y quejas y capacitación en seguridad.
Continuando con la amenaza de expulsión del único programa de inspección de seguridad creíble en el país, el gobierno de Bangladesh está desperdiciando la buena voluntad ganada en los últimos cinco años y está demostrando un gran desprecio por la seguridad de las trabajadoras(es).
(Basado en la declaración del 29 de noviembre, 2018 por la Campaña de Ropa LImpia)
Por más información:
Sindicatos del todo el mundo muestran su apoyo al Acuerdo de Bangladesh (IndustriALL)