La crisis en Bangladesh se agudiza ya que el salario mínimo de las trabajadoras(es) de la confección acaba de ser revisado y ajustado por primera vez en cinco años mediante un proceso opaco y sesgado.
Desde 2019, año en que entró en vigor el salario mínimo mensual de 8,000 takas (aproximadamente US$72), ya era insuficiente para llevar una vida digna. Desde entonces, las trabajadoras(es) sólo han recibido un pequeño incremento y han sufrido la presión adicional de la pandemia del Covid-19 y la subsiguiente inflación alta.